La chica
con la que salgo, cuando se deprime va a la peluquería...
¿Por qué?
Es uno de los grandes misterios de la vida…
Por cierto
que las peluquerías ya no son lo que eran antes, que solo te recortaban las
puntas, te metían un marciano gigante en la cabeza que te hacia vaya uno a
saber que cosa, y te enterabas de los chusmerios de todo el barrio (si no habían
chusmerios, siempre se le podían inventar amantes a alguna vecina)... ahora
salen además de peinadas, pintadas, maquilladas, masajeadas, depiladas y
desplumadas económicamente... Pero felices!
La táctica que usan los peluqueros es simple.
Ponen fotos de mujeres hermosas con abundantes cabelleras en un yate con un
tipo lleno de plata al lado y le crean la falsa ilusión a sus pobres victimas,
de que esa aplicación de placenta de terodáctilo de las islas vírgenes (que
solo su peluquería tiene) en la cabeza les va a conseguir marido adinerado y
van a vivir felices hasta que se les caiga el pelo..
El truco de
estos antros insanos de drogas capilares, es que una vez que entraste, zas! Fuiste!
Ya estas atado de por vida, ya que nada de lo que te hacen en una peluquería es
permanente, ni siquiera la permanente es permanente. Y por si esto fuera poco,
te cuentan las aventuras amorosas de la vecina de turno en capítulos, tipo Game
of Thrones, y justamente en lo mejor de la historia cuando te estas por enterar
si fue tu marido el que se encamó con la panadera arriba de la bandeja de los
pan con grasa, te dicen: “Nos vemos el mes que viene! Quedaste preciosa!”, entonces
solo te vas a enterar de si tenes que tirar 10 años de matrimonio, 7 hijos, y
el perro por la ventana (en ese orden), en tu próxima sesión de pelo-terapia.
Otra cosa
extraña de las peluquerías es que, no importa quien o que entre, pero va a
salir rubia y con mechas.
No importa
si es morocha, pelirroja, calva, castaña, hombre, bestia, cadete de Federal
Express, o el toma consumo de UTE. Si usted entra a una peluquería, va a salir
rubia y con mechas. Si es rubia también, aunque va a salir más rubia, y si tiene ya mechas, va a salir más
rubia y con más mechas rubias arriba de sus mechas ya rubias. El costo por
mecha es directamente proporcional a la cara de desesperación amorosa de la
victima.
Les dejo un
beso, me voy a cortar el pelo con formas zigzagueantes que parece que está de
moda y además tengo que saber si el carnicero es gay o no.